Segundo Día
Bienaventurado el que conoce lo que es amar a Jesús y despreciarse a sí mismo por Jesús. Conviene dejar un amor por otro amor, porque Jesús quiere ser amado, El sólo sobre todas las cosas. El amor de la criatura es falaz y mudable; el amor de Jesús es fiel y constante. 'Ama y ten por amigo a Aquel que, aunque todos te desamparen, no te desamparará, ni te dejará perecer en el fin' (Kempis, Lib. II, Cap. VII). Grande fue el amor de San Judas a Jesús, y quería que todo el mundo le amase como le dio a entender después de la última Cena al decirles Nuestro Señor (Evangelio de San Juan, Cap. XIV, 21) 'El que me ame, será amado de mi Padre; y yo le amaré, y yo mismo me manifestaré en él'. Dice Judas, no el Iscariote, sino nuestro Santo: 'Señor, ¿qué causa hay para que te hayas manifestado claramente a nosotros, y no al mundo?'. Jesús le respondió así: 'Cualquiera que me ama observará mi doctrina, y mi Padre le amará, y vendremos a él y haremos mansión dentro de él'. Este amor grande de San Judas a Jesús lo manifiesta en su carta al decirnos: 'Manteneos constantes en el amor de Dios, esperando la misericordia de Nuestro Señor Jesucristo para alcanzar la vida eterna' (21).
Pidámosle que nuestro corazón esté siempre inflamado del amor a Jesús.
No olvidar las oraciones Finales
Publicado: 2016-12-07 | Modificado: 2016-12-07T23:30:02-7:00.