Guía para la confesión individual
El penitente dice el saludo acostumbrado (por ejemplo, "Ave María purísima" o "Bendígame Padre, porque he pecado"), y se santigua.
El sacerdote puede decir:
El Señor esté en tu corazón para que te puedas arrepentir y confesar humildemente tus pecados.
El sacerdote o el penitente puede leer o decir de memoria algunas palabras de la Sagrada Escritura sobre la misericordia de Dios y el arrepentimiento, por ejemplo:
Señor, Tú lo sabes todo; Tú sabes que te amo.
El penitente se acusa de sus pecados:
- Mi última confesión fue hace… (días, meses o años aproximadamente).
- Pido perdón a Dios de... (se dicen los pecados cometidos desde la última confesión.)
- Me acuso también de todos aquellos pecados de los que no me acuerdo.
El sacerdote le da los consejos oportunos y le impone la penitencia. El sacerdote invita al penitente a manifestar la contrición.
El penitente puede decir, por ejemplo:
Jesús, Hijo de Dios, apiádate de mí, que soy un pecador.
El sacerdote, extendiendo ambas manos o, al menos, la derecha sobre la cabeza del penitente, dice:
Dios, Padre misericordioso, que reconcilió consigo al mundo por la muerte y la resurrección de su Hijo y derramó el Espíritu Santo para la remisión de los pecados, te conceda, por el ministerio de la Iglesia, el perdón y la paz.
Y yo te absuelvo de tus pecados en el nombre del Padre, del Hijo + y del Espíritu Santo.
El penitente responde: Amén.
El sacerdote despide al penitente:
La Pasión de Nuestro Señor Jesucristo, la intercesión de la Bienaventurada Virgen María y de todos los santos, el bien que hagas y el mal que puedas sufrir, te sirvan como remedio de tus pecados, aumento de gracia y premio de vida eterna. Vete en paz.
El penitente debe cumplir la penitencia impuesta tan pronto como sea posible.
Publicado: 2016-12-07 | Modificado: 2016-12-07T23:30:02-7:00.